buscamos a Dios
es, precisamente, que es
de las causas improbables
la más justificable; paradójicamente
la menos justificada.
hoy, aquí, contigo,
es eso: Dios.
Uno al que rezo,
al que no sabría justificar,
improbable, justo
y paradójico.
a los faros intermitentes
con nombres de mujer
que abracé hasta arder en llamas,
buscando a Dios en las escamas
de este pez inadaptado
que es mi edad, que es mi locura.
algún día, no para encontrarme con él,
más bien para entender su ausencia,
su esencia,
su no existencia
injustificable.
(18-1-2014)
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