La diferencia que ante todo
hay entre la soledad de un faro y la de su torre es que la primera torre tiene
en frente el mar, emite una luz intermitente intensa y existe para ser visto;
la segunda torre, la suya, en cambio, tiene en frente un bosque del que se
espera quietud, y su propósito es sencillamente opuesto: observar.
Al guardabosques le gusta
este paralelismo.
[A un guardabosques amigo
mío]
(5-9-2013)
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