viernes, 12 de diciembre de 2014

Cóncavo

Los pájaros que tengo en la cabeza
son la inercia virgen de lo ingenuo,
y cantan para mí cuando estás triste.

Cantan olvidando que olvidaron
el eco de ucronías desbocadas,
infinitas, las raíces de mis sueños
ancladas a la carne de la insólita
pared de las pinturas de otro tiempo.

La cruz cóncava del Cristo del ingenio
frustrado, que se ahoga en versos fátuos,
es también la mía.

Imagínate si pesa esta cruz, amiga,
que nada de lo que lees ahora es verdad,
y nada de lo que escribo es mentira.

Los pájaros que duermen en mi pelo
son la base inocua de mi insomnio,
la sencillez de la maraña infranqueable
de las nadas incesantes que poseo.

(2013?)

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